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Noelia García Pérez. 494 pp., 22x15 cm, EAN: 9788496114630
“Coleccionista de camafeos y antiguallas”… De esta forma tan despectiva describía el archivero de la Casa de Nassau a la Marquesa del Zenete y al conjunto de obras de arte que promovió y atesoró a lo largo de su vida.
En el siglo XVI a las mujeres les estaba vedada casi toda actividad pública, pero la promoción de obras de arte, socialmente inofensiva, estaba al alcance de damas acaudaladas como la propia Mencía de Mendoza.
Doña Mencía fue la mujer más rica de Castilla en la época de Carlos V, y empleó buena parte de su fortuna en un patronazgo artístico que se prolongó a lo largo de toda su vida. Sin ser una experta en arte, Mencía adquirió sus obras con la intención de exaltar la dinastía familiar, hacer pública declaración de su piedad, enaltecer su prestigio social y propagar su fama personal.
Por primera vez, se dedica una monografía al patronazgo artístico de Mencía de Mendoza, donde se analizan la calidad y diversidad de las obras que adquirió, el prestigio de los artistas que trabajaron a su servicio y el gusto de la marquesa por los objetos exóticos.
La autora nos desvela el entramado de relaciones personales, alianzas políticas y gustos artísticos que hicieron que una mujer poseyera la colección más importante del Renacimiento español y, sin duda, una de las más destacadas del panorama europeo.
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