Reflexiones. Confesiones antes de morir

«Mis relaciones con el Dios Padre nunca fueron muy fluidas; diría que apenas si existieron. O si yo me dirigía a veces a Él no era precisamente para adorarle. Esto quiere decir, de alguna manera, que creía en Dios, o en un Dios que, como dice el escritor libanés Amin Maalouf no puede ser a la vez Todopoderoso y Misericordioso. El poder, aunque lo midamos con el metro humano, casi siempre está reñido con la misericordia, con la caridad, incluso con la solidaridad. El hombre casi siempre desconfía del poder, y cuando lo acepta, a veces se hace siervo de ese poder, lo que supone casi siempre trastocar la humanidad de ese hombre, de ese ser humano. Lo hemos visto en los fervorosos/fanáticos de Dios, que hasta matan por Él, creyéndose, así, que gozarán de una vida eterna plena, de un Paraíso que otros fanáticos y visionarios les han dicho que les espera».

Este es el principio de Reflexiones. Confesiones antes de morir, obra póstuma de Rodrigo Rubio, acabada pocos meses antes de fallecer, y que ahora se publica a modo de homenaje literario. El libro habla de sus «relaciones» con Dios, de sus tristes experiencias con los médicos, de su forma de ver la política, de sus relaciones personales con su tiempo y la literatura y, también, como dijo el propio R.R. al editor de este libro, sobre el amor y otros desatinos, «de cómo yo veo el morir y el vivir, con el remate final de amistad/amor con Jesús de Nazaret, al que tardé mucho tiempo en conocer».